La elasticidad, suavidad e hidratación de nuestra piel dependen de cómo la nutrimos. Nutrir es proporcionar a nuestro organismo las sustancias vitales que necesita para su funcionamiento, conservación y protección. El ácido hialurónico vegetal es un polisacárido capaz de retener grandes cantidades de agua en la piel, aportar volumen, reducir arrugas y disimular las líneas de expresión. Con el paso del tiempo, y especialmente a partir de los 35 años, la producción natural del ácido hialurónico se reduce y provoca pérdida de firmeza y volumen, produciéndose envejecimiento cutáneo.